No es cuestión de compromiso
Por Pam Laricchia, traducido por Roberto Lujano
Persuadir a los niños fuera de la casa para ir a su práctica de béisbol o lecciones de natación es prácticamente un derecho de paso para los padres de hoy en día. Hay varias razones por las cuales los niños encuentran las actividades recreativas organizadas divertidas: disfrutan del deporte o de la actividad en sí misma; el tiempo que pasan con sus amigos; la satisfacción del progreso, etc.
Pero este no es siempre el caso. A veces su resistencia a salir es más que el reto de la transición entre las actividades. A veces descubren que no disfrutan de la actividad tanto como pensaron que lo harían. Ellos realmente no quieren ir.
Cuando esto sucede, los padres con frecuencia se encuentran destrozados – arrastrando a sus hijos fuera de casa no es divertido para ellos tampoco. Pero les preocupa que dejarlos renunciar ahora significara que siempre van a renunciar cuando las cosas se pongan difíciles. O se preocupan por el dinero, “He pagado por diez lecciones, así que acaba con ellas y entonces no tendrás que inscribirte de nuevo.” Parece como un compromiso razonable. Al menos en la superficie.
Encontrando un buen par
Demos un paso atrás por un momento. Cuando un niño expresa su interés en formar parte de una actividad digamos béisbol, niñas exploradoras, karate, ballet ? ¿cuál es el primer paso? Por lo general, los padres encuentran el grupo más cercano y los registran en estos.
Sin embargo, con unschooling, nuestros objetivos se centran en el aprendizaje y el disfrute de nuestros hijos. Así que en lugar de basar nuestra elección en nuestra propia conveniencia, podemos optar por pensar en nosotros como socios de nuestros hijos en la búsqueda de un estudio de ballet o un salón de karate o una liga de béisbol que mejor vaya a funcionar para ellos.
Esa es una distinción importante porque la atmósfera que rodea a muchas actividades está dictada por los adultos individuales que las dirigen. Antes de insistirles a nuestros hijos adaptarse y cambiar para encajar en el estudio más cercano, salón de karate o lo que sea, podemos ser sus socios y cuando sea posible, ayudarles a encontrar un buen ajuste entre la atmósfera del grupo y su personalidad y objetivos.
Lo que aprenden al renunciar
La elección de renunciar una actividad es tanto una experiencia de aprendizaje como lo es inicializarlo. Esa es una perspectiva diferente, ¿verdad?
Convencionalmente, renunciar es similar al fracaso. Si renuncias a algo antes del final, has fracasado en terminarlo. Ese es el sentimiento que subyace en el compromiso “termina tus diez lecciones”. Sin embargo, ¿cuál es tu objetivo? Si cada semana la lección es un tiempo activamente infeliz para tus hijos, pueden desarrollar aversión a la propia actividad. ¿Es tu objetivo desencantarlos del ballet o natación por un tiempo indefinido? Si has pagado $ 100 por una serie de clases de ballet y solo está a medio terminar, ¿podrías considerar los últimos $ 50, como una inversión en la preservación del disfrute de tus hijos de la danza?
Una de las cosas maravillosas de unschooling es que los niños tengan tiempo para explorar el mundo, incluyendo una variedad de actividades. Sin embargo, si seguimos insistiendo en que “terminen lo que empiezan,” es probable que aprendan a no probar actividades a menos que estén muy seguros de que las disfrutarán: el miedo de encontrarse atrapados ahí será mayor que su curiosidad para explorar algo nuevo. Menos aprendizaje.
Tal vez nos preocupa que cuando nuestros hijos quieran renunciar que siempre se darán por vencidos, en lugar de vencer el desafío. Una vez más, eso es el miedo hablando ? las elecciones que hagan hoy no definen todas las opciones que harán en el futuro. Las decisiones que tomen hoy están ayudando a ganar experiencia haciendo elecciones. Por no mencionar, desafíos que no son motivadores e inspiradores para tus hijos probablemente no son el tipo correcto de retos para ellos. ¡Eso es algo grandioso para aprender!
Con los años los niños unschooling obtendrán mucha experiencia con ganas de probar algo, la elección de formas de probarlo y ver lo bien que esos caminos cumplen con sus objetivos. Ellos descubrirán cosas que les gustan y cosas que no lo hacen, y obtendrán una mejor idea de las pistas que les ayuden a decidir cuándo reforzar su juego y cuando renunciar y seguir adelante.
Cada vez que decidan renunciar, todavía están aprendiendo. ¿Cómo se siente esa elección? ¿Se pierden la actividad? ¿Cuánto cuesta? ¿Qué es lo que se pierde al respecto? ¿Qué están haciendo con el tiempo que renunciar a esta actividad liberó? ¿Están disfrutando eso más que la actividad? ¿Menos? ¡Tanto que aprender! Renunciar no es una decisión para siempre. Ahora que entienden mejor el medio ambiente, pueden optar por volver a él en algún momento en el futuro.
Los niños que tienen la libertad de explorar una variedad de cosas y desechan las que no capturan su interés prolongado no se sienten fracasados, cuando optan por dejar algo. En su lugar lo ven como otra experiencia de la que aprenden un poco sobre algo y mucho sobre sí mismos.
Renunciar a algo no significa dejar de aprender
Dejar una actividad organizada no tiene por qué significar el fin de aprender sobre esta. ¿Qué tal si realmente no les gustan las clases de natación? Si tu deseo es que ellos disfruten de la natación y estar a salvo en el agua, encuentra las maneras en que ellos disfrutan estar en el agua y explora esas en este momento. ¿La aventura de los parques acuáticos? ¿Jugar en la playa? ¿Saltando desde el muelle en el lago? ¿Una piscina para niños en el patio trasero? Abre tu mente a las muchas maneras que hay para disfrutar del agua más allá de las clases de natación.
Tomar y dejar actividades es más acerca de cómo ayudar a nuestros hijos a explorar su mundo, las actividades y entornos que despiertan su curiosidad y les traen alegría. Ahí es donde el aprendizaje se encuentra. Si descubren un interés apasionado, lo van a perseguir tenazmente, incluso a través de muchos momentos difíciles. No es necesario enseñar este tipo de compromiso inquebrantable al exigirlo que en todo lo que hacen. En lugar de ello, ayúdalos a encontrar cosas que disfrutan tanto que su dedicación y aprendizaje fluye de forma natural.
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Primera publicación en la revista The Natural Parent Magazine, Volumen 15, diciembre 2014